Las puertas cortafuegos forman parte de la estrategia de protección contra incendios de cualquier edificio. Este modelo de puertas debe cumplir con su máximo objetivo que es evitar la propagación del incendio durante un determinado periodo de tiempo. En definitiva, la misión de una puerta cortafuego es compartimentar, retardar la progresión del incendio, permitir la evacuación segura, y facilitar el rescate y la extinción.
Generalmente las puertas cortafuegos están fabricadas para resistir la propagación del fuego de 30 a 90 minutos, dependiendo del modelo. Las puertas contrafuegos también están fabricadas con sellos especiales, instalados en la puerta o el marco, que sellan la puerta al impactar con calor para detener la expansión del fuego y / o el humo alrededor de los bordes de la puerta. En el contexto de las puertas corta fuegos, los marcos son de madera o marcos metálicos, insonorizadas y cerraduras con pestillo con manetas a dos caras. Además, las puertas también se pueden equipar con vidrio, este también será antifuego. No obstante, las puertas cortafuegos deben de instalarse en conjunto con el marco y con un determinado espesor y característica de la pared para poder homologarse.
Este tipo de puertas se utilizan especialmente en edificios públicos, oficinas y fábricas, aunque algunas residencias pueden ser susceptibles dependiendo de la normativa de cada país.
Todos los que usamos u ocupamos un edificio tenemos derecho a esperar que estemos protegidos de manera segura en caso de que suceda un incendio. Por desgracia, esto no siempre es el caso. Algo puede fallar dentro de la estructura del edificio, o con los dispositivos de seguridad contra incendios y es fundamental asesorarse con profesionales.
wordpress theme by initheme.com